UNA ACCION DE COBARDES

Tenía que haber sido una semana más o menos tranquila. Pero la acción de un cobarde ha removido la vida de una mujer y de toda su familia, y de todos aquellos que conocemos su historia.

Digo COBARDE y lo digo con mayúsculas y además lo defino: Un cobarde es una persona a la que la falta valor, un pusilánime, un miedoso que no tiene el coraje de enfrentarse a las cosas que le ocurren. Para mí esta definición, realmente, se queda bastante corta y demasiado suave en su concepto.

La historia, en la que no entraré por cuestiones de confidencialidad afecta a una de las socias de AMIS y contiene todos los ingredientes para poner entre rejas durante una buena temporada al agresor y al que ordenó la agresión. Como en otras situaciones se dictó sentencia a favor de una mujer víctima de la violencia machista y como en otras ocasiones, el acusado, que fue condenado a dos años de cárcel pero que no entrará en prisión por cuestiones legales, tragó su intolerancia, digirió su bilis, y escupió todo su odio en forma de páliza. No fue contra su exmujer, sino contra el hermano de la denunciante. La situación sigue complicándose porque de momento no se va a interponer una denunciar por agresión.

Así las cosas, sólo cabe preguntarse porque seguimos permitiendo estas ofensas contra la integridad de las personas, tanto física como emocional. Quizás lo que no sepa el agresor, es que en esta vida, todo el odio que proyectamos, tarde o temprano regresará a nosotros con la misma o mayor intensidad. Ya sé que no es nada cientifica esta afirmación pero la experiencia me concede la licencia de afirmar que si sembramos tormentas recogeremos tempestades. El tiempo se encargará de poner a cada uno en su sitio. Estoy convencida de que tarde o temprano, aparecerá en la vida de los agresores, hombres o mujeres, un gran espejo en el que se reflejará segundo a segundo su miserable vida. Quizás, entonces, pidan perdón por los graves errores cometidos.

Ánimo y un fuerte abrazo

Isabel / Coordinadora blog