MALTRATA A SU MUJER TRAS DAR A LUZ

La violencia contra las mujeres se cuela hasta en la maternidad de los hospitales. Un hombre de 42 años fue detenido en la madrugada de ayer en San Sebastián acusado de maltratar a su esposa cuando se recuperaba de un parto por cesárea en el Hospital Donostia. La mujer, que fue zarandeada por su marido, continúa ingresada en el centro sanitario, mientras el presunto agresor, que al parecer había bebido antes de atacarla, ha quedado en libertad hasta el juicio, aunque no podrá acercarse a su pareja.
Los hechos sucedieron sobre la una y media de la madrugada. Según relató el Departamento de Interior, el individuo, de 42 años, entró en la maternidad del centro sanitario aprovechando que a esa hora reinaba la tranquilidad en los pasillos. A continuación se dirigió a la habitación en la que se encontraba su cónyuge, que había sido medicada, e irrumpió en en la estancia dando gritos y en actitud agresiva.
Cuando la mujer le recriminó su comportamiento y le pidió que bajara la voz, el marido se abalanzó sobre ella, la asió con fuerza por los brazos y comenzó a zarandearla y cubrirla de insultos, sin reparar en su debilidad. El maltratador también se enfrentó al acompañante de otra mujer que había sido ingresada en la misma habitación.
El personal del turno de noche no tardó en percatarse del altercado y avisó a los guardas de seguridad, que sacaron al hombre de la planta y lo mantuvieron bajo custodia hasta que llegó una patrulla de la Ertzaintza. Los agentes identificaron al agresor -su filiación no ha sido revelada- y cayeron enseguida en la cuenta de que estaba embriagado. Aunque se resistió al arresto, fue reducido rápidamente y conducido a comisaría como responsable de un delito de violencia de género. Posteriormente, los ertzainas comprobaron que el coche del detenido estaba mal aparcado sobre una acera y que éste había colisionado con un murete del hospital antes de apearse del vehículo.
«No está bien»
Según el Departamento de Interior, la esposa había sufrido algunos arañazos al ser zarandeada. Ella reconoció a los agentes que su «marido no está bien», pero se negó a hacer declaraciones y pidió que no le pasaran llamadas a la habitación mientras se recuperaba del parto. El matrimonio es, al parecer, de nacionalidad española.
Al cierre de esta edición no había constancia de que la víctima hubiera presentado una denuncia. No obstante, la Ertzaintza actuó de oficio y, tras realizar las diligencias, puso al maltratador a disposición judicial. El Juzgado de Violencia de Género de San Sebastián le tomó declaración y decretó posteriormente su puesta en libertad, a la espera de que se celebre un juicio rápido. El Departamento de Interior informó de que el juez ha dictado una orden de alejamiento.
Las instituciones no tardaron en condenar la agresión. El Gobierno vasco lo hizo a través de la Dirección de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género, que describió los hechos como una manifestación de «desprecio absoluto a las mujeres». En un comunicado se solidarizó con la víctima y exigió una vez más «tolerancia cero» ante el maltrato machista. La presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero, y el PSE-EE también expresaron su rechazo y enviaron un mensaje de apoyo a la mujer agredida.