Abre los ojos, hay una maltratada a tu lado

Abre los ojos, hay una maltratada a tu lado



La figura del maltratador y la maltratada está distorsionada por tópicos, ideas preconcebidas y esquemas rígidos. Por eso no es extraño encontrarse en televisión, radio o prensa testimonios de los vecinos de mujeres maltratadas o asesinadas a manos de sus parejas con frases como ésta: "No sé qué les ha podido pasar. Eran una pareja encantadora y ahora mira lo que ha pasado" o incluso esta otra: "Yo no había notado nada y le veo todos los días en el portal".


Es cierto que vivimos en una sociedad en la que cada uno va a lo suyo, pero la única manera de sentir que se lucha de verdad contra el maltrato es aprender a filtrar la información que recibimos de nuestro entorno, nuestros vecinos, familiares, compañeros de trabajo o incluso amigos.


Uno de los tópicos que más daño pueden hacer en este tipo de situaciones es pensar, tanto por el lado de la víctima, como por el lado de su entorno que no sirve para nada denunciar la situación. Hoy en día la sociedad apoya la demanda de protección, seguridad y ayuda hacia la mujer afectada. Según revela un informe de la comisión de igualdad para el estudio y el funcionamiento de la ley integral de medidas contra la violencia de género, la violencia de género produce un rechazo colectivo y una evidente preocupación social; no es un 'delito invisible', no es un asunto privado sino un delito perseguible de oficio, y un problema de interés público.


Pero este rechazo a la violencia no ha de ser sólo de "boquilla" tiene que traducirse en actuaciones concretas, en denuncias concretas, en aprender a identificar los signos que señalan tanto al maltratador como a la víctima y atreverse a que se escuche su voz.


La idea más extendida es que el maltrato es más habitual entre la población extranjera que entre la de nacionalidad española. Pero la realidad indica lo contrario. Según los datos del informe del Instituto Centro Reina Sofía 'Mujeres asesinadas por su pareja en España (2000-2009), que evalúa los datos comprendidos entre el año 2000 y el 2998, el 71,9% de los agresores son españoles. Si bien es cierto que en los últimos años ha ido reduciéndose de forma progresiva el porcentaje de españoles y aumentando el de extranjeros, sobre todo de nacionalidad iberoamericana. Del mismo modo, el estudio indica que el 71,04% de las mujeres asesinadas por sus parejas eran españolas frente al 28,96% que provenían de otros países.


Otro de los tópicos que gira en torno a la figura del agresor y la maltratada es que no son jóvenes, o mejor dicho, que pertenecen a una generación en la que imperaba el "la maté porque era mía". Quizá muchos tengamos este concepto erróneo al pensar que las generaciones más jóvenes podrían haberse educado en valores más cercanos a la igualdad. Sin embargo, los jóvenes están cada día más presentes en las estadísticas relacionadas con la violencia doméstica.


El 30% de las llamadas al 016, el teléfono contra el maltrato, procedía de mujeres menores de 30 años y el 40% de las medidas contra el maltrato han sido concedidas a menores de 30 años. Y no sólo eso sino que tal como indica el informe del Centro Reina Sofía el tramo de edad en el que han muerto más mujeres asesinadas como media es el comprendido entre los 25 y 34 años, es decir, se trata de personas que nacieron, como muy pronto, a finales de la década de los sesenta.


Y hay más ideas preconcebidas sobre el maltrato y sus consecuencias más graves. Algunas personas creen que las peores agresiones se producen al calor de una separación o divorcio. Pero lo cierto es que sólo un 26,17% de los agresores cometieron un crimen tras romper su relación con la víctima. En este sentido cabe destacar que el 45,86% de los maltratadores que llegaron a matar a su víctima eran cónyuges de la misma, frente al 7,15% de ex cónyuges, o el 10,08% de ex novios.


Los expertos aseguran que sólo eliminando prejuicios estaremos preparados para identificar situaciones de maltrato y violencia doméstica en nuestro entorno cercano.

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