ANGELA MARIA GOMEZ ANAYA

Granada

Ángela Mª Gómez Anaya

La violencia de género ha adquirido en nuestra sociedad una dimensión y relevancia tales, que se ha hecho imprescindible contar con los recursos técnicos y humanos necesarios para atender de manera eficiente a las mujeres víctimas de la violencia de género. Para comprender esta situación Granada Digital ha hablado con Amparo de Piñar, la presidenta de la Asociación Convive, una asociación de mujeres que pretende proteger los derechos de este colectivo.

¿Cuáles son los principales objetivos de la Asociación Convive de Granada? ¿Qué recursos, actividades y ayudas se ofrecen?

Sus objetivos principales son la defensa de los derechos de las mujeres víctimas de la violencia de género y la lucha por la existencia de más recursos que las ayuden. La actuación de la Asociación Convive se divide en dos ramas: una, de carácter asistencial, en la que se les ofrece apoyo psicológico, así como reparto de comida, ropa y otros enseres que ellas, por sus propios medios económicos, no pueden permitirse; y, otra, de carácter lúdico, a través de la organización de excursiones al campo, talleres de bricolaje, de informática, incluso cursillos de defensa personal. Vamos observando cuáles son los intereses que ellas demandan y organizando talleres o actividades en torno a ello.

¿Con qué subvenciones contáis?

La única subvención externa que se ha dado para mantener esta asociación proviene del Instituto Nacional de la Mujer que este año nos ha concedido 600 euros anuales. Por otro lado, el Ayuntamiento de Granada ha establecido el Fondo de iniciativas para la mujer en el cual puedes presentar un proyecto y, si lo aceptan, te proporcionan el dinero para llevarlo a cabo. Este año hemos presentado un proyecto para que, a través de la red y, en contacto con las asociaciones de Granada de mujeres maltratadas, crear una bolsa de empleo y una red solidaria con estas mujeres. También, las cajas de ahorro te subvencionan por medio de la presentación y aprobación de proyectos. Gracias a la Caixa, pudimos comprar con el dinero que nos subvencionó una furgoneta para el reparto de comida.
Respecto a fondos internos, la asociación cuenta con los 2 euros mensuales que provienen de los socios: más de 150 mujeres y 4 hombres (estos últimos no reciben ayuda, solo aportan el dinero)


¿Cuál es el perfil de las mujeres que están en la asociación?

En la asociación hay mujeres de todas las edades: desde chicas universitarias hasta mujeres ancianas; y de cualquier estrato social: desde mujeres con alto poder adquisitivo hasta inmigrantes sin recursos económicos.

¿Qué se puede considerar violencia de género?

Se trata de toda violencia ejercida sobre mujer por el hecho de ser mujer. Es todo lo que al varón le lleva a seguir manteniendo su posición de poder y arrastrando a la mujer a una sumisión más profunda, de tal modo que la balanza del género quede desproporcionada.

Dependencia emocional, defensa del agresor, negación de la realidad… son algunas de las actitudes que las mujeres víctimas de malos tratos adoptan ¿Cuándo empiezan a darse cuenta de que necesitan ayuda?

No hay un momento determinado en el que ellas digan: estoy siendo maltratada. Ellas lo saben y desde el principio. Las mujeres son conscientes de que están siendo víctimas de la violencia de género lo que ocurre es que lo van justificando. A este tipo de conducta se le denomina “el círculo de la violencia”: el varón, poco a poco, va restringiendo la libertad de la mujer a la vez que le va haciendo creer que ella es la culpable de todo (microviolencia); luego, cuando se produce un tipo de abuso mayor, ella se da cuenta pero, automáticamente, se produce la fase de arrepentimiento, lo que se conoce como “luna de miel”, en la que el hombre le pide disculpas y manifiesta su intención de que no se volverá a repetir. Ante esto, la mujer tiene por un lado a una persona que se ha portado mal con ella pero, por otro, a una persona que le está pidiendo perdón, y las mujeres estamos educadas, normalmente, para perdonar. Si la mujer tiene mucha fortaleza y apoyo, puede decidir no perdonarle y denunciarle.


Encontramos víctimas de la violencia de género en el ámbito doméstico, social y laboral ¿Qué protocolo de actuación se utiliza en cada caso?

En realidad no hay protocolos de actuación fijados para cada caso. No hay un área más grave y otra menos grave ya que en todos los ámbitos ellas lo que sufren es una discriminación por sexo. Las consecuencias que derivan de ello, dependen en gran medida de la personalidad, puesto que le puede afectar más o menos, y de las circunstancias que les rodean: el tiempo y la agresividad de la discriminación, así como del apoyo, de familia o amigos, con el que cuenten.


Por lo general, una vez que son conscientes de su situación como víctimas de la violencia de género ¿Siguen manteniendo algún tipo de vínculo con el agresor?

Según la dependencia emocional y económica con el agresor así como el apoyo que ellas encuentren en su entorno. Ellas tienen más relación con el maltratador cuanto más aisladas se encuentren y menos apoyos tengan. El factor más decisivo es la dependencia emocional ya que muchas mujeres no se ven con fuerzas o capacitadas para llevar una vida paralela a la de su agresor.


Muchos agresores presentan órdenes de alejamiento, denuncias por malos tratos, antecedente penales… ¿Existen las medidas necesarias para proteger a dichas mujeres?

Está claro que no. Es cierto que se va avanzando poco a poco y se van reivindicando y adaptando cuales pueden ser las actuaciones óptimas para ayudar a estas mujeres, pero a la vez que se produce un avance en la ley respecto a eso, también hay un avance por parte de los maltratadores para frenarlo. Se corre el bulo de que muchas de las denuncias son invenciones por parte de las mujeres para beneficiarse a través de ayudas económicas que pueden llegar a recibir pero, casualmente, aún en la fiscalía no hay abierto ningún procedimiento por denuncia falsa sobre malos tratos pero eso a la gente no le interesa decirlo. Se han llegado a inventar hasta síndromes, como es el caso del “síndrome de alienación parental” que explica que, cuando un hijo no quiere ver al padre, la culpa es de la madre que manipula la percepción que tienen hacia él para que no quieran verle. Los jueces se guían en base a esto y quitan la custodia a las madres. Estas estrategias son propias de asociaciones de padres separados, la mayoría de ellos maltratadores, que no quieren que las mujeres consigan sus derechos.


Según la ley vigente las mujeres, víctimas de la violencia de género, tienen el derecho a recibir la información suficiente respecto a su situación y posibles soluciones ¿Son plenamente informadas?

Información como tal hay, pero una cosa es la información y otra cosa es, una vez que la mujer entra en el circuito para buscar una salida a su situación, si los recursos funcionan bien, si existe una correcta coordinación entre ellos y si se hace una verdadera intervención integral para que su salida hacia una situación favorable sea fructífera.


Educación temprana para la igualdad entre hombres y mujeres; campañas de sensibilización, charlas y jornadas informativas sobre la violencia de género… ¿Ayudará esto a que futuras generaciones sean conscientes del problema y lo erradiquen?

Es cierto que un factor muy importante es la educación en igualdad en derechos, deberes y oportunidades lo que ocurre es que no solo depende de eso, porque educar, educa mucha gente. Para enseñar estos valores, los educadores han de tenerlo también claro pero lo que ocurre, en ocasiones, es que entre los propios docentes existen maltratadores o no creen en ello y siguen reproduciendo modelos de comportamiento y actuación machistas.
También juega un papel muy importante la familia que sigue inculcando, en muchos de los casos, valores machistas, y la televisión, la cual sigue fijando unos estereotipos determinados como, por ejemplo, que una familia normal tiene como miembros un padre trabajador, una madre, ama de casa, y un hijo.
Cuando aprendamos que todas las personas podemos ser iguales, entonces podremos llegar a actuar pero, para eso, aún falta mucho. El feminismo no lucha por la superioridad, sino por la igualdad del hombre y la mujer en todos los ámbitos de la vida.